A través de un monitor

Que no soy la única que te escribe.
Que no soy la única que te piensa.
Que no soy la única que te dedica canciones, la única que te dedica horas de fantasías. Viajes enteros hasta la facultad fantaseando con una imagen tan perfectamente monstruosa. Que no, que no soy la única.
Que no soy la única a la que endulzaste con palabras vacías, no soy la única a la que engatusaste con tus ojos penetrantes, con tus palabras de esas que calan hondo en el alma, que hacen creer que sos ese caballero que llega a para salvar a la doncella, hundida en la más triste soledad.
Que no soy la única a la que te le metiste en la vida despacito, disimulando tus terribles intenciones de enamorar mediante un ícono verde... Mediante una foto envolvente.
Que no soy la única... ¡Qué tonta soy! Siempre queriendo creer que algún día, te ibas a hacer real, te ibas a corporizar y tus malditos ojos fulminantes, me iban a matar de una vez. Pero no, no es así, tus palabras me congelan y tu imagen me tortura hasta límites jamás imaginados. Me tenés en agonía.
Preferiría morir en tus ojos, en tus brazos. Sin embargo acá estoy, muriéndome de a poco, desangrándome en tu cara y a vos no te importa.
He llegado a rogarte que me quieras, ya perdí mi dignidad frente a una máquina, frente a una imagen maligna que me tienta a seguir perdiendo todo con el afán mediocre de ganarlo todo. Mientras persigo lo que quiero ganar, pierdo en el camino lo que ya había adquirido. No es justo.
Es injusto no ser la única, pero sería extraño serlo, me asustaría y a la vez me daría más alegría de la que pueda imaginarse.